COMENTARIO: Un pueblo de oídos sordos ante aquellos que sufren los efectos de la gentrificación

 

Por: Valeria Lazú Rosado

Con tan solo dar una breve visita al pueblo de los bellos atardeceres, es imposible negar lo que allí ha ocurrido. La gentrificación se apodera de Rincón cada vez más, ni la esquina más oscura del municipio se salva de este fenómeno. Parece ser un pueblo diferente, inundado de nuevas costumbres y estilos de vida. Los inversionistas bien pueden ser magos, pues todos los días sale un nuevo edificio, construído meramente para beneficio del propietario y nadie más. El problema no está en que otros vengan a establecerse en el pueblo, el conflicto surge cuando se abusa del poder adquisitivo y se desplazan aquellas personas que un día ocuparon el lugar que ahora se ha convertido en un espacio comercial. Los locales ahora se sienten como los extranjeros. Según un estudio realizado por el Centro para una Nueva Economía, las propiedades de alquiler a corto plazo componen un 35.5% de las viviendas totales de alquiler del pueblo. Los locales son expulsados de manera discreta al no poder sufragar el aumento al costo de vida. Poco a poco se pierde la identidad cultural del pueblo.

Una alternativa para atender este asunto puede ser la regulación de estas viviendas de alquiler a corto plazo. No se trata de eliminarlas, si no que haya una mayor estructura al momento de conceder los permisos de construcción. También, se debe llegar a un acuerdo donde aquellos que tengan la intención de invertir en Rincón, puedan hacerlo siempre y cuando se garantice que dicha inversión generará nuevos empleos para los residentes. Bien se sabe que este acontecimiento significa un impulso económico para el pueblo, por eso no se habla de una erradicación total del mismo, si no que se cree una mayor conciencia por nuestra identidad cultural como rincoeños y que exista un balance entre los residentes locales y los extranjeros, que los rincoeños no se tengan que ver obligados a migrar a pueblos aledaños.

Si no se comienza a tomar medidas al respecto, parece inevitable que Rincón se convertirá en un mero lugar de comercio, arropado totalmente por el deseo ciego del consumerismo y el poder adquisitivo.

 

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Comentarios

  1. Vaya, si no es por este reportaje no sabia acerca de esta historia.

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  2. Excelente reportaje! Me encantó!

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